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Catalina Arzani

La gente sonríe


Lleva puesta una remera con la inscripción BRITHSOL a la altura de la panza. Es un señor que está en la foto de tapa del diario El Comercio de Lima.

La remera me recuerda a la Bristol, esa playa de la costa argentina repleta de gente que se acerca más a un hormiguero humano que a un espacio de recreación y placer natural.

Y el señor de la tapa carga sus zapatillas blancas -ahora marrones por el barro excesivo- en la mano, de un lado suyo se sostiene a una señora con anteojos de leer y del otro a una señora con sombrero de sol, las dos con pantalones por encima de las rodillas: bermudas o jeans arremangados en sucesivas botamangas.

Atrás de ellos, una fila de unas 20 personas o tal vez más. Todos de alguna manera tapados arriba pero descubiertos en las extremidades inferiores, con las que caminan y se conectan a la tierra. Embarrados. Salpicados de lo que parece arcilla con agua. Caminan en patas por el extenso charco de barro que en algún momento fue una calle (aunque tampoco creo que haya sido una calle asfaltada, pero sí una calle más digna de ser caminada) y que ahora es agua sucia.

Hace varios días que Perú se ve afectado por lo que se conoce como El Niño o específicamente El Niño costero, el que genera unas nubes muy densas y una lluvia tropical intensa sobre las ciudades y que al parecer va a seguir inundando todo a su paso hasta fines de este mes.

Busco una foto de la Bristol. Se ve similar a la foto del diario pero más de lejos. Se ve el hormiguero al que hice referencia palabras atrás, se ve el agua (del mar) y la arena (¿de las piedras?), parecida al barro de las calles de Perú.

Lo paradójico es que en ambas fotos la gente sonríe. Bajo la catástrofe de las inundaciones en el diario de Perú se ven sonrisas. Bajo la elección vacacional de la no-vacación también sonríen.

Todo el diario peruano habla del mismo tema: de las actitudes de la gente en tiempos de calamidades. El héroe que salva gente en canoa, el político nefasto que discute con su oponente por saber quién la tiene más grande, las películas de Hollywood como para dar pausa al malestar, los políticos nefastos de vuelta, recomendaciones sobre cómo cuidar el agua de maneras exageradas (usar un rociador para lavarse las manos, por ejemplo), ¿y la solución?

Según el último informe oficial El Niño ya lleva más de 75 muertos, 264 heridos, 20 desaparecidos, 101.104 damnificados y unos 643.216 afectados.

El Comercio también habla del análisis de que los mochicas desaparecieron no por El Niño y las catástrofes climáticas (lo que comúnmente se dice) sino por la falta de un liderazgo ante lo que debió haber sido una readaptación y un reconocimiento de que la naturaleza es lo que es, y de que somos nosotros los que debemos buscar la manera de convivir con ella, y no sobre ella.

¿Se resignan entonces los peruanos a la desaparición y muerte de la población como una forma natural del curso de la vida y su convivencia con la naturaleza? ¿o se resignan como condición ya naturalizada de la incapacidad (desde los mochicas) de sus líderes de intervenir en situaciones como estas?

Mientras tanto, pronostican una fuerte tormenta para mañana en la Bristol con un máximo de 22º C.

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