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Vladimir Kovenatsky

poemas y dibujos




Odio la palabra nosotros. La escucho en el mugido de la manada,

en el silencio inquietante de la cárcel

y en el estruendo del desfile militar.

 

Incómodos, tristes y repugnantes,

los guls se paran en las puertas.

La noche psicópata delira con lujuria,

lejana, mucho antes del amanecer.


La estrecha luna en su débil resplandor

es como un heraldo del desastre inminente.

Sobre el asfalto, un escupitajo.

Beso sus huellas.

 

¡Hermano, abrime! Hay un viento terrible.

El frío es despiadadamente cruel.

Estoy desabrigado, ¡la noche no tiene fin!


No puedo ayudarte,

yo estoy desnudo. Tomé coñac.

Me voy a la cama con mi amante.


 

La primavera llegó de nuevo,

la naturaleza floreció.

En esta época del año

no hay nadie a quien abrazar


De todas formas,

pronto estaré pelado como una rodilla.

La vida es como una película

del estudio Dovzhenko.





Tío


El otro día mi tío se volvió loco.

De repente, proclamó en su departamento,

que no era un funcionario, sino un pájaro carpintero,

y golpeó con su nariz contra la pared.


Los porteros se llevaron a mi tío,

y me dejaron la habitación.

El empapelado está viejo y roto.

Hay un retrato de Barbusse en la pared.


Gracias a mi tío encontré:

un sofá, dos sillas y una cómoda.

Invitaría a una chica,

pero soy un bicho raro.





Romance monárquico.


En el balcón, un gemido de paloma,

sonaba misterioso y tierno.

Envuelto en un manto,

el emperador salió al balcón.


Cerca del autócrata

no había guardias armados.

Desde el terraplén del angosto canal,

el conserje agitó su escoba hacia él.


Y mientras la oscuridad se desvanecía

como los espíritus culpables,

los borrachos y las putas estaban tirados

y los gatos completamente roncos.


Llegó la frescura de la mañana,

el hilo conductor entre el día y la noche.

El loco autócrata amable,

salió a fumar al amanecer.




Canción del gul


La naturaleza florece sobre mí.

Ataúd pequeño, profundo y ancho.

No te daré el divorcio

porque soy un gul.


No te apresures a comer y beber vino

con el amor de tu nuevo paladín.

Sombra vaga y lila,

me deslizo en tu ventana.


En algunos lugares

la apariencia podrida será terrible a la vista.

Con los labios ensangrentados

morderé tu tierno cuello.


Habiendo chupado hasta el amanecer,

volaré lejos como un murciélago.

No te daré el divorcio

porque soy un gul.





Rey Saturno


Soy una persona muy discreta,

sin embargo me adapto bien.

Tengo un gran sueño,

convertirme en el emperador de Saturno.


Me siento a comer un almuerzo insípido,

confundo los rostros que entran.

Parece como si yo fuera un hombre hermoso

con una túnica púrpura.


En honor al Rey Mercurio

propuse un baile en los anillos del planeta.

El aroma sale de las vasijas,

los invitados brillan muy bien vestidos.


Pedazos de estrellas se insertan en marcos,

como piedras pulidas.

Estás soñando, rata vieja.

Es hora de ir a la reunión del partido.





Dibujos y poemas: Vladimir Kovenatsky

Traducción: Ana Sejmet y Mario Scorzelli


 

Caminos tontos. Edición especial de textos con citas más o menos falsas, erudición apócrifa y referencias equívocas a Rusia.


OTRAS NOTAS


- Gul psicópata, Yuri Mamleev



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