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Reinaldo Laddaga y Nicolás Guagnini

Three Natural Books



Nicolás Guagnini:Reinaldo, has sido escritor durante mucho tiempo y ahora parece que te estás inclinando hacia una práctica que cada vez más se apoya en la fotografía. Mi primera pregunta es: ¿Por qué la fotografía? ¿Cuál es la conexión entre este medio de escritura y la inmediatez de tomar una fotografía para ti?


Reinaldo Laddaga: Bueno, comenzó hace algunos años, cuando yo –que nunca había tenido un interés particular en la fotografía– quedé fascinado por lo que el acto de tomar fotografías estaba haciendo en mi manera de experimentar el mundo. Sin preocuparme mucho por los resultados de una práctica cada vez más frecuente e intensa, reuní una colección de miles de fotos. Cuando Syd Krochmalny me pidió que mostrara algunas de ellas en una exposición que estaba curando, en un arranque productivo, armé tres presentaciones bajo el título "Three Natural Books". Una de ellas se titulaba inicialmente "Panic Plants" (aunque ahora estoy menos convencido de ese título). La segunda se llama "Lava, Leaks, and Lakes", y la tercera es "Burning Stuff". Las casi quinientas imágenes se proyectan durante aproximadamente ocho segundos cada una, lo que permite al espectador incorporarse en cualquier momento y experimentar la narrativa en un bucle continuo.


Nicolás Guagnini:¿Cómo ves la relación entre tu fotografía y tu escritura? ¿Es más una cuestión de documentación o hay algo más detrás?


Reinaldo Laddaga: Para mí, la fotografía se ha convertido en una forma de amplificar la realidad, y la cámara me permite cultivar una atención que me resulta difícil lograr sin ella. Solo trato de ponerme en un estado de receptividad, dejando que mi mirada flote en respuesta a formas que se desarrollan, a veces casi imperceptibles, en el entorno. No intento imponer demasiado control. Este enfoque automático ha revelado una nueva capa de la realidad de la que antes no era completamente consciente.


Nicolás Guagnini: Parece que estás utilizando la fotografía casi como una forma de trabajo de campo, al estilo de los antropólogos. ¿Dirías que estás clasificando el mundo que te rodea o más bien que intentas resistir esa clasificación?


Reinaldo Laddaga: Creo que, en cierto modo, estoy resistiendo la clasificación. Mi proceso implica sumergirme en un entorno durante horas, disparando la cámara cada pocos segundos (a un ritmo no muy distinto al de las imágenes de mi presentación). Hago todo lo posible por suspender el acto de identificación: la mayoría de las veces no sé qué estoy capturando, y no me detengo lo suficiente frente a una escena como para averiguarlo. No siempre comprendo por qué me atraen ciertas imágenes, pero creo que esa es parte de la cuestión. Solo fotografío algo la primera –y generalmente única– vez que lo veo, y tengo la quizá vana esperanza de que la imagen conserve la vitalidad poderosa de una aparición que me hizo detenerme un segundo y apuntar mi cámara hacia ella.


Nicolás Guagnini: Entonces, es casi como si estuvieras explorando una especie de asombro en lo cotidiano. Estás capturando momentos que resisten ser clasificados o definidos, lo que hace que las imágenes se centren más en la experiencia que en el análisis, casi de una manera ritual. ¿Te parece que eso refleja tu enfoque?


Reinaldo Laddaga: Exactamente. Hay un sentido de maravilla al no saber exactamente qué estás capturando ni por qué. Es un proceso de descubrimiento, que consiste en mantenerse abierto al mundo sin imponerle una narrativa o un camino conceptual demasiado pronto.


Nicolás Guagnini: Lo entiendo. ¿Y cómo decides qué imágenes incluir en la selección final? ¿Cuál es el proceso para determinar cuáles fotografías se quedan?


Reinaldo Laddaga: Descarto la mayoría de las fotografías que tomo; las que sobreviven son aquellas que piden y resisten la interpretación al mismo tiempo, y que logran resonar con sus compañeras en el contexto del proyecto general. No es un proceso estrictamente lógico; es más bien intuitivo. Siempre digo que fotografío eventos, no cosas: no una flor específica, sino la luz de un día brillante atravesando un pétalo translúcido, medio devorado por hormigas que son barridas por una ráfaga de viento. A pesar del uso constante de la repetición en mi trabajo, las fotografías me parecen una colección de excepciones, escenas extremadamente singulares y efímeras. Es todo lo contrario a una tipología.


Nicolás Guagnini: Así que confías en tu intuición, permitiendo que las imágenes te guíen para dar forma a la narrativa. Eso parece coincidir con lo que mencionabas sobre resistir la clasificación. No estás imponiendo una estructura rígida; más bien, dejas que las fotografías hablen por sí mismas.


Reinaldo Laddaga: Sí, exactamente. Creo que, de alguna manera, las fotografías generan su propia estructura, y mi trabajo consiste en seguir esa estructura sin intentar controlarla demasiado.


Nicolás Guagnini: Es un enfoque muy bello. Como espectador, siempre trato de construir un sistema a partir del conocimiento que estoy percibiendo, y una imagen a menudo rompe completamente ese sistema. Me recuerda a ciertos artistas que abordan su trabajo con una apertura similar, permitiendo que la obra evolucione orgánicamente. Parece que ambas prácticas, la fotografía y la escritura, no son completamente autónomas. ¿Sientes que este enfoque hacia la fotografía ha influido en tu escritura?


Reinaldo Laddaga: Sin duda. Creo que el acto de tomar fotografías ha cambiado la forma en que pienso sobre la escritura. Me ha hecho más consciente de la riqueza del campo visual, de todos esos procesos diminutos que componen cada instante y que a menudo pasan desapercibidos. Y al igual que con la fotografía, trato de dejar que la escritura se desarrolle de manera natural, sin forzarla en una forma predeterminada.


Nicolás Guagnini: Es muy interesante. Parece que hay una conversación constante entre tu fotografía y tu escritura, en la que una influye a la otra. ¿Dirías que es así?


Reinaldo Laddaga: Sí, definitivamente. Están en diálogo entre sí, y creo que por eso este proyecto, "Three Natural Books", ha tomado la forma que tiene. Es una fusión de ambas prácticas, permitiendo que tanto la fotografía como la escritura coexistan y se enriquezcan mutuamente.


Nicolás Guagnini: Gracias, Reinaldo. Esta ha sido una conversación realmente esclarecedora. Creo que hemos abordado algunas ideas importantes sobre la intersección entre la fotografía, la escritura y el descubrimiento. Estoy emocionado de ver cómo este proyecto sigue evolucionando.



***


Conversación realizada el 24 de septiembre de 2024 en The Slip con motivo de la presentación de Three Natural Books de Reinaldo Laddaga.


Nicolás Guagnini es un artista y escritor argentino radicado en Nueva York. Su obra forma parte de las colecciones permanentes del Whitney Museum of American Art, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y São Paulo, la Philara Collection en Düsseldorf, entre otras colecciones públicas y privadas. Es cofundador de la compañía de cine experimental Union Gaucha Productions, cuyos filmes se encuentran en las colecciones del Centre Pompidou, el Museo de Arte Moderno de São Paulo y el Museo Stuki en Polonia. Guagnini ha publicado sus escritos en October, Artforum, Texte Zur Kunst, y en catálogos de exposiciones del Museo de Arte Moderno y el Whitney Museum of American Art, entre otros. Ha curado exposiciones en el Centro Cultural Ricardo Rojas en Buenos Aires y en el Museum of Modern Art, Miguel Abreu Gallery, Bortolami Gallery y Orchard en Nueva York.


Reinaldo Laddaga es un escritor y artista argentino que vive en Nueva York. Su obra abarca la literatura, la crítica de arte y las artes visuales. Ha enseñado en universidades de América y Europa, y ha escrito numerosos libros, entre ellos El coleccionista de cabezas y Atlas del eclipse. Su última novela, Los hombres de Rusia, es una sátira sobre temas políticos, mientras que sus proyectos artísticos, como Three Natural Books, fusionan la fotografía y la narrativa para explorar el mundo natural y la percepción humana.

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